Los viñedos se asientan sobre una gran llanura con una altitud entre 700 y 900 metros sobre el nivel del mar. Las cualidades del territorio otorgan una excelencia a los vinos de esta tierra que empieza a ser de reconocimiento universal.
Cuenta con gran variedad de uvas que se adecuan a las características del terreno para producir caldos de calidad que reivindican su presencia en el mercado. La pluviometría es muy escasa, con un clima continental que garantiza un perfecto estado para la maduración de las uvas.
La cultura vinícola está profundamente arraigada en la vida de sus habitantes y se traslada a cada una de las Bodegas que conforman el territorio.